martes, 12 de agosto de 2014

CUANDO COMPRAS UN MELÓN, HASTA QUE NO LO ABRES NO SABES CÓMO SALE.


A las 5 de las mañana lo peor que te puede pasar es desayunar en el Refugio de Estós. El personal del refugio se levanta para animarte a que no vuelvas. Así salimos del refugio, pitando, uno detrás de otro como una fila de luciérnagas.

Cuando llegamos a la cabaña del Turmo nos vimos las caras, la luz del día ya nos permitía ver.

Allí estaban los tres del cuerpo de bomberos, Eduardo y Javier el taustano, las dos representantes del género femenino, el de la ITV y los tres más prudentes, que con su paso más corto querían evitar poner el culo y los “morros” en el suelo.

Cruzamos, por un puente, a la margen izquierda del río Estós y por un prado nos encaminamos hacia el cuartel de Estos.

Dejamos atrás el cuartel y Moisés, que nos marcaba el recorrido, tomó un camino alternativo al “oficial”, más largo pero más suave, a la postre alguno lo agradeceríamos. Así llegamos hasta el lugar de acampada de Mariano y Raúl, en la tienda dejamos lo que nos sobraba en las mochilas.

La tienda-consigna estaba a 2.200 metros, más o menos. Desde aquí hasta la cima todo igual, piedra, piedra y más piedra. Aunque puede dividirse en dos partes, una hasta la collada de Ubaga y otra hasta la cima.

Al llegar a la collada uno de nosotros se tuvo que volver por una lesión en la rodilla. Otros pensamos en darnos la vuelta, la monotonía y el esfuerzo no compensaban con la ilusión de ver el ibón Blanco de Lliterola. El empujón y ánimo del grupo nos ayudó a continuar.

Desde el Ibón empiezas a subir hasta llegar a una cresta desde donde se ve el, aún lejano, Hito Este del Perdiguero, 3.170.

- ¿Sois de Ejea?

- ¿Este quién es?- Se presenta Javier que viene, medio corriendo medio andando, desde el parking para alcanzar al grupo. -Arriba están, sólo faltamos de llegar nosotros- le dijimos. Nos animó, -¡¡ venga que quedan sólo 20 metros!!-.

Comer y hacia abajo. Algunos tuvieron ánimo para hacer el Pico Royo, otros decidimos bajar. La confianza y la técnica marcan la diferencia de tiempo en el descenso, además de la carga muscular. La cita en la tienda-consigna, allí nos reagrupamos para continuar hasta la cabaña del Turmo, esta vez por el camino “oficial”, de mayor pendiente que el que habíamos hecho por la mañana.

Una vez que llegamos a la cabaña del Turmo, el camino hasta el parking es muy cómodo, ya se acaba la excursión.

Estos es lo que nos “comimos”, sin ningún tipo de salsa que lo hiciera más digerible.

(by Boni)

No hay comentarios:

Publicar un comentario