Con el propósito de no madrugar mucho, Marta, Bruno, Raquel, Estrella y yo dormimos en Morillo Tou, un centro vacacional gestionado por CC.OO construido sobre un viejo pueblo abandonado.
Como siempre, y para no perder las buenas costumbres, llegamos tarde al bar "Pirineos" en Ainsa, donde ya nos estaban esperando el resto de expedicionarios que habían salido desde Ejea. Estaban todos menos Miguel y Sheyla, que se quedaron dormidos debido a la ingesta incontrolada de líquidos inflamables en las fiestas de Valareña. Vamos, que les confundió la noche.
Unos cafeses y salimos en dirección a la ermita del Pilar, donde comenzamos nuestra andadura. Apenas habíamos andado 200 metros cuando Raquel Espés empezó con su conocida y repetida frase: “pero cuando llegamoooos?, kooooooo”.
Villellas iba detrás con Mapi porque la dureza del terreno y las pendientes le fueron pasando factura y cada vez estaba más cansadica. Al final, antes de llegar a la cascada donde todos paramos un rato para reponer fuerzas, Paco Sagaste se bajó con ella porque no podía más.
Un poco recuperados Victor, Eva y Marta, empezaron con sus coñas de siempre y nos contagiamos las risas.
Durante el camino vimos varios alimoches que nos sobrevolaban y cuando llegamos a una zona con árboles caídos y blanqueados al sol como huesos de elefante, nos volvimos a parar porque hacía "muchismo" calor y no nos podíamos "arremojar" la tripa
En este punto nos despistamos un poco y el grupo se separó, pero finalmente dimos con el camino e hicimos cima. Los primeros en llegar fueron Bruno y Estrella, seguidos por todos nosotros, morados como berenjenas…. La Espés quería matar a Villellas, Villellas huía presa del pánico y los demás tocábamos palmas y nos partíamos risa.
En la cimas nos encontramos con un inocente adolescente de rastas con la camiseta de “allegador” de la ultra-trail Sobrarbe-2013, al que ataqué sin compasión para que nos hiciera las fotos de grupo.
Finalmente tuvimos que compartir el agua porque nos quedamos cortos y nuestras lenguas estaban secas como la arena del desierto. Villellas repartió de la suya que llevaba diluidos "polvos de Jesus" (el del gimnasio, no el que anduvo sobre las aguas). El agua bendita de Villellas dio mucho juego y fue muy comentada durante la bajada.
Sheyla y Miguel que salieron con algo de retraso, subieron hasta la cascada pero, haciendo uso de su sentido común, se dieron la vuelta porque el cielo amenazaba tormenta.
El regreso lo hicimos por un camino distinto, algo más alto. Paco nos alcanzó y aún subió hasta la cima acompañado de un chico que se llama Rubén. De nuevo nos dispersamos y Marta cogió el walkie y empezó con la coña de imitar a las cajeras del Mercadona , una mezcla entre "maripuri" de supermercado y bienvenidos a la línea caliente. En fin, cuando volvió la cobertura a nuestros móviles y vimos que Miguel y Sheyla estaban abajo con Mapi, apretamos el paso y bajamos al estilo Speedy González, en un plis-plas.
José Sinusía tuvo un calambre en las piernas del que se recuperó rápido tras dos breves paradas.
Por fin llegamos a la ermita y tras un remojón en un salto de agua que hay a pie de carretera, guiamos nuestros pasos al bar para hacernos unas cervecitas y a echarnos unas risas. Como siempre estupendo, sois la pera..., digo la repera.
miércoles, 17 de julio de 2013
LOS POLVOS DE JESÚS
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Ali!!!!!!, eres total!!!!, te olvidas que mate a Villellas, en la bajada era un fantasma, ayer en el gym...., no lo veia nadie!!!
ResponderEliminarRaquel.
Eres una campeona, Raquel!
ResponderEliminarUn buen relato, no se ha quedado nada en el tintero, lo he vivido como si hubiera estado allí......... je je
ResponderEliminarExitazo de actividad!!!!!
ResponderEliminarPaco