domingo, 24 de noviembre de 2013

MODROLLOS, TRITONES Y MÁRTIRES

La de hoy ha sido una de esas caminatas amables y relajantes, en la que hemos podido disfrutar de todo un poco: del cierzo frio y seco en nuestras caras, de las modrolleras, que en esta época del año muestran todo su colorido frutal, bosques de carrascas, buxos y quejigos, de tritones, que aún sobreviven a duras penas en algunas “pocetas” de esta Sierra ….

Además hemos tenido la suerte de encontrar abierta la puerta de entrada al recinto de la Ermita de San Cosme y San Damián, ya que normalmente se encuentra cerrada al estar ubicada dentro de los límites de una finca particular. Así que hemos podido visitar el interior y echar un vistazo por los alrededores hasta que el guarda nos ha invitado a salir. Eso sí, muy amablemente, no penséis que ha soltado los perros.

Desde la ermita nos fuimos a admirar el Huevo de San Cosme (que solo tenía uno pero muy grande), y luego a la Peña de San Cosme tras superar el Paso de Nartesa agarrados a una cuerda que no nos ofrecía toda la confianza que el paso merece: una bonita caída de 200 metros con autodetención en la ermita de los dos mártires.

Media vuelta por el mismo camino y nos vamos de visita a la Ermita de Fabana donde en tiempos hubo un pueblo con el mismo nombre que en su época de mayor explendor llegó a tener cinco vecinos, que se llevaban muy bien y a veces merendaban todos juntos longaniza y chorizo a la brasa.

Una visita más, esta vez a los Estrechos de Fabana y de regreso al parking y las vías de escalada de Vadiello.

Son las 14:00, así que ya es hora de comer. Nos buscamos un lugar soleado y abrigado, y damos buena cuenta de lo que llevamos ante la suplicante mirada de un perro zulú que parece no tener dueño.

Unos cafelitos en un restaurante de las proximidades de Huesca y a casa, que mañana es día de escuela.

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